Cuelgo Aquí un ensayo que hice cuando atendí la materia de Sociología en la Universidad de los Andes. Existen en el ensayo imprecisiones que ahora no pasaría por alto. Sé que la interpretación acerca de los símbolos del Libertador es complicada por lo que el Bolívar histórico representó en la realidad. El idealismo que tenemos sobre Bolívar nos condiciona. Soy un poco ingenuo al usar algunas palabras, por ejemplo, pareciese una cierta parcialización por la democracia, que ahora matizaría sin duda. No quise mejorarlo tampoco. En aquel momento saqué una buena nota por este ensayo, ojalá así sea a alguno ponga a pensar
De los Símbolos y las Naciones
“Las imágenes son
el evangelio de los pobres”
San Juan Damasceno
En el siglo VIII después de Cristo, el posterior Doctor de la Iglesia
Católica, San Juan Damasceno pronuncia, en medio de una pelea teológica contra
los iconoclastas (llamados así por su repudio a las imágenes) la frase en el
prefacio (La Fuente del conocimiento, 700), y entonces se crea uno de los más
fuertes argumentos para defender por parte de la iglesia católica la veneración
de las imágenes, entendiendo éstas por deducción, no como un simple objeto
físico, sino, como comunicadora de una
“buena noticia”. También, La enciclopedia libre tiene como definición del
símbolo lo siguiente: “es la
representación perceptible de una idea, con rasgos asociados por una convención
socialmente aceptada”. Partiendo de éstas dos premisas podemos encontrar un
significado mucho más amplio de las cosas analizando su contenido simbólico, lo
cual es idóneo en nuestro caso donde tratamos de analizar la conmoción que ha
causado para el país un hecho puntual, que parece ser contundente, como lo fue,
la retirada de todos los cuadros (que eran muchos) del extinto Presidente Chávez
y del Libertador Simón Bolívar calificado como “falsificado”, por el más alto dirigente opositor actual legitimado
dentro del contexto político Venezolano.
Al mirar dentro de éstos dos conceptos nos damos cuenta de que dichos
objetos físicos per se, es decir los cuadros, comunican mucho más que un objeto
rectangular, los mismos comunican todo lo que representan.
El llamado socialismo del siglo XXI en Venezuela tiene como máximo
exponente la figura del ex presidente Chávez, y este a su vez representa todo
el modelo político social impulsado por él, independientemente de las
características del mismo. Si dudamos en este momento del valor de la
simbología para el ser humano y en caso especial para el período
político-social de los últimos 17 años es nuestro país, basta con mirar las
modificaciones que se han dado recientemente a los símbolos del país, los
patrios, siendo modificadas tres de las 4 figuras más importantes
para el venezolanismo: La Bandera, El Escudo, y el rostro del Libertador. Todo
aquello bajo argumentos cuestionados por la oposición venezolana, y que han
sido enarbolados por el oficialismo como grandes logros de su gestión. Pero sin
duda el que más ha repercutido, en el sentimiento patriótico venezolano ha sido
la modificación, según el oficialismo, la “reconstrucción” del rostro del Libertador,
y es que sin duda, el resultado final de lo que fue oficialmente una investigación
científica, es totalmente diferente a lo presentado por múltiples retratistas y
pintores de nuestro Libertador. Además, el procedimiento para llegar a dicho
resultado es tan cuestionado por la oposición venezolana, que incluso como se
puede ver en el video donde habla Ramos Allup, existe en repudio hacia esa
imagen, es decir a lo que ella representa.
La representación social, es decir lo que la gente cree, (sea cierto o
no) ha convenido que así sea, es fácil encontrar dichas respuestas, a través de
uno de los instrumentos más cercanos a la gente y que da grandes pistas acerca
de la cotidianidad social: las redes sociales y los medios de comunicación. La
población venezolana ha convenido en que la imagen del extinto líder político
Chávez represente una cosa, que es apoyada por el oficialismo y enarbolada como
principios de su funcionamiento y de los días de gloria del chavismo, y que a
su vez es repudiado por aquellos opositores los cuales ven allí representado un
mar de dolor para ellos mismo y para el país. Lo mismo ha sucedido con la nueva
imagen del libertador, el rostro ha representado socialmente (sea cierto o no),
una cosa para la masa chavista (que tal vez sea algo como la reescritura de los
verdaderos pensamientos del Libertador) y que para la oposición venezolana,
significa el ultraje de las tumba del libertador y la llamada manipulación
chavista de los verdaderos principios bolivarianos. Lo que para un grupo social
representa una cosa, para el otro grupo representa otra, y todos inconscientemente
o no hemos convenido que así sea. En este caso, así como en el libre mercado
“la mano invisible del mercado” fija el precio, “la mano invisible social” ha
convenido que los cuadros signifiquen lo que hoy en día significan.
La metamorfosis del significado original de los cuadros ha sido tanta,
bajo un contexto social altísimamente polarizado, que han dejado de ser lo que
son para convertirse en otra cosa. El cuadro del ex presidente tal vez aún se
mantiene dentro de la casilla de la semántica chavista tradicional del último
año de vida de aquel ser humano (en la que desde ya empezada su endiosamiento),
pero es la nueva figura del libertador la que más ha cambiado últimamente. Dicha
imagen dejo de ser el rostro del libertador para convertirse en la espada ideológica
con que el Chavismo-madurismo ha sobrevivido en los últimos años, ha sido el
símbolo que le permitió decir al Ministro Padrino López que “se ha ultrajado a
la patria” por la sacada del mismo de la sala de reuniones de la A.N., dicho
cuadro le permitió realizar jornadas de “desagravio” a nivel nacional al
oficialismo ante aquella decisión de la cámara. La imagen por tanto tiene una
simbología que ya no es el Bolívar de todos los venezolanos, representa incluso
más al chavismo que al propio Libertador. Y por tanto incluso así la
investigación fuese correcta, seria repudiada como lo es, por la oposición.
Antes de ir más allá en el análisis de las implicaciones de esas
simbologías en el contexto político-social venezolano, pensemos por un momento
en lo que representa en la semántica política mundial de los países denominados
democráticos, la Asamblea Nacional, el Congreso, el Parlamento de un país, o
bien lo que debería significar.
Para el filósofo Platón la democracia, puede ser definida como “Gobierno
de la Multitud” o de los “muchos”. Han pasado muchos años desde que este
filósofo plasmara aquella idea y muchas evoluciones ha tenido tal concepto a lo
largo de la historia, sin embargo esto no ha desplazado su esencia más básica:
el pueblo, con todas sus divergencias, en toda su multitud, con todos sus colores, formas y diferencias, eligen de
una manera u otra a quienes deben gobernar. Los sistemas de organización
política han tratado de honrar dicha definición creando división de poderes y
distintos sistemas que tratan de representar de la mejor manera al pueblo, pero
sin duda el que más se ajusta a la definición de democracia es el parlamento,
la “asamblea nacional de un pueblo”, porque es la que en todos los países del
mundo democrático alberga más personas, tiene entonces ella una multitud gobernando; y es que, la
presidencia se gana por mayoría de votos y el perdedor se resigna a nada, pero
dentro del congreso del país existe una mayor divergencia, muchas más personas
y por lo tanto diferentes ideas se encuentran legitimadas en un poder que hace
contrapeso al ejecutivo y el cual muy pocas veces es tomado por una sola idea
política, la asamblea si nos damos cuenta representa en el diccionario
semiólogo-semántico, la democracia, en su máximo grado.
Es importante entonces que dichos espacios sean un lugar de encuentro en
el que el respeto a la diversidad de ideas este presente, para que toda la
población de un país pueda sentir que realmente han sido tomados en cuenta por
el sistema político implantado, para que sientan cuánto valen.
No recuerdo hace cuanto tiempo o qué momento exactamente fueron
introducidas a los espacios de la asamblea nacional dichos cuadros, este hecho
es importante, marca el momento de dominancia oficial sobre el otro, los
espacios que deben ser para el diálogo equilibrado a partir de allí se
encontraban simbólicamente parcializados, y lo pudimos apreciar, incluso, la
gigantografía del ex presidente en los recintos de la A.N. cubrían en cierta
medida la gigantografía del escudo nacional,
fijándonos en los sitios de la plenaria estaba colgado junto al sitio
del presidente de la asamblea un gran cuadro del rostro del ex presidente, se
podría sobreentender que todo lo discutido en la asamblea nacional tendría
(como esencialmente lo tuvo) un eje transversal que estaría marcado por todo el
modelo político social representado por el rostro de Hugo Chávez, más allá de
si las leyes serían convenientes o no.
La Guerra de La sociedad Venezolana en los
símbolos de la nación
Es común notar al revisar la historia contemporánea fenómenos sociales
que han ocurrido en torno a varias figuras y símbolos. Por ejemplo, para la
década de los 80 del siglo pasado la Alemania se encontraba dividida, y luego
de un proceso social profundo decide bilateralmente unirse, por consecuencia
directa cae el llamado muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989. También en el
año 2013, en Ucrania, uno de los países ex perteneciente a la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas, ocurre, por parte de un grupo de la extrema derecha de
ese país, la caída de una de las
estatuas del antiguo líder político Lenin, en una manifestación realizada por sus
detractores, que según ellos representa el totalitarismo comunista de aquel
entonces en el presente.
La historia Actual venezolana nos da también pistas para la correcta
interpretación del hecho en cuestión, suelen ser comunes los avisos en los
sitios públicos del país de líderes políticos manchados con pintura o
deformados por la mano del ciudadano para mofarse de ellos. También los nombres
de dirigentes políticos de ambos bandos suelen ser objeto de numerosos
insultos; algo podemos concluir: burlarse de los símbolos que utiliza el grupo
contrario, es burlarse directamente de lo que representan.
Socialmente Venezuela presenta en su historia una polarización en
asuntos políticos que viene arrastrando desde hace mucho tiempo, sin embargo,
casi sin duda podemos afirmar que en este momento, la sociedad venezolana se
encuentra dividida en dos grandes polos, radicalizada en sus trincheras, y por
lo tanto este fenómeno grupal afectara con más fuerza la conducta colectiva de
ambos grupos, del grupo llamado oficialismo, y del llamado opositor, y de la
relación de ambos. La psicología social nos brinda luces para entender estos
comportamientos sociales. Cabe resaltar que esta ciencia dice, que el simple
hecho de la denominación de un grupo de personas como “a” y la denominación de
otro grupo como “b”, crea en el momento de competencia de ambos bandos, un
favoritismo hacia al grupo al que se pertenece, y al mismo tiempo se genera un
detrimento del exo-grupo, haciendo que sea más difícil el pasarse al otro bando
(Pichastor & Nieto, 2007). Además esta teoría agrega que en
caso de radicalización esta conducta se ve sólidamente reforzada creando una
competencia “dura” entre ambos bandos.
Teniendo todo lo anteriormente dicho como premisa podemos por fin ver
trazadas los caminos que nos llevan a deslumbrar la repercusión que tuvo en la
sociedad venezolano el hecho de la retirada de los cuadros del libertador
“falsificado” y del rostro del ex presidente Chávez de las inmediaciones de la
A.N.
El presidente del órgano legislador da un mensaje contundente a la sociedad
venezolana: “Fuera Chávez y todo lo que creó su gobierno”, “Este recinto
volverá a recuperar su autonomía” “este es un sitio para legislar y no para
venerar a nadie”. Todo esto lo gritó con fuerza la nueva mayoría al propiciar
como una de sus primeras acciones ésta retirada. Pero además, si hablamos de guerra política da un zarpazo duro al
gobierno al sacar los símbolos que lo representan de aquel recinto, es algo así
como el comportamiento de “marcar el territorio” en el mundo animal. La oposición
reafirma su actual poder y la sociedad venezolana así lo sintió. Pudo
pavonearse con ese gesto ante su adversario, y la población antichavista tuvo
la sensación de la concreción de los resultados del 6 de Diciembre del 2015, al
fin, luego de un mes de expectativas y rumores, parece haber liberado sus
labios en ese momento, por la seguridad de que tiene a un poder que por fin les
representa. Y por supuesto, al bando y la población chavista “resteada” lo
sintió, la imagen de su amado líder y por lo tanto todo lo que representa fue
retirada abrupta y airadamente de aquel sitio dominado hasta sus adentros por
el oficialismo, han perdido territorio, replegándose, el 6 de diciembre de 2015
habían visto la espada que podía herirles profundamente, pero ese día la primera
puñalada. Si somos atrevidos podemos interpretar ese hecho como el derrocamiento
del oficialismo, al menos, en la A.N.
Esto tiene una influencia directa en el comportamiento de la sociedad y
de la conducta política en nuestro país, la oposición que oficialmente gana su
segunda contienda electoral en 17 años gana confianza y se siente más segura, e
incluso el efecto ganador que genera 112 diputados de 167 arrastra gente hacia
ellos, pero justamente este efecto ganador es el que busca contrarrestar el
oficialismo con la veneración de los cuadros, que no son los del Presidente
Nicolás Maduro por supuesto, si no los del Ex presidente Hugo Chávez, y más
allá, los de su Bolívar (por razones
que ya explicamos anteriormente) para dar a entender que dicha acción fue un
“ultraje a la nación” y así tratar de poner en contra de la oposición a
aquellas personas que alguna vez sintieron algún pequeño amor al
chavismo-bolivarianismo pero que debido a la gran crisis actual votaron por la
oposición. Además, le dio al oficialismo para comenzar una campaña de repudio
hacia todas las acciones de la nueva asamblea nacional y de describirla como
“de espaldas al pueblo” por rechazar lo que cree son los nuevos símbolos de la Nación
Con este
hecho, tanto la oposición como el oficialismo, y toda la población detrás de
ellos, saben lo que se viene en los próximos meses. En el futuro los analistas
agudos de la historia que hoy vivimos reconocerán que el 6 de enero del 2016 el
oficialismo venezolano recibe con creces la primera caída de sus símbolos y
comienza un proceso que durará mucho tiempo, así como en Rusia la
“des-estalinización”
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