sábado, 9 de julio de 2016

Confiésole...Trujillo

Confiésole,
no he encontrado otros labios como los tuyos.

Trujillo,
Me has tratado mal

El rayo de la tarde
se posa sobre mi cabeza
 entre mis ires y verines

El grato perfume de tu recuerdo
 no me deja en paz

La lira de tus manos
la línea de tus ojos
el pom pom de tus mejillas

¡Oh! Trujillo
¿Por qué me has tratado así?

La sombra de la Virgen en la plaza
nubla tu recuerdo
que luego se duplica a lo lejos

¡Como quisiera ver directamente a esos duros ojos de piedra!
y poder sostener la mirada

Bajo tu hechizo denso
pierdo el sentido del andar
bajo el calor del campo
camino borracho

Tu hechizo me ha marcado… Trujillo,
pero me has tratado mal

Las raíces de tus muchos arboles
amarran mis talones

Me confunde tu erudición…
¿Quién eres?

Caminas entre el sí y el no,
como si tu indecisión formara parte de tu esencia

Escondes tus museos
entre arboladas,
escondes bajo tu modestia
tu perfección

El sabor a tierra, a campo
se respira aún entre tus libros,
la pobreza la tienes metida incluso
entre tus más ricos saberes

La cercanía de los más lejanos te caracteriza
la sencillez de tus más grandes sabios te engalana
la conservadora belleza pueblerina y de campo
 no tiene nombre


¡Mi Trujillo!

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