miércoles, 5 de julio de 2017

Matar al Centauro que llevamos dentro


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Cuando Santos Luzardo habla por segunda vez con el padre de Marisela éste le recuerda una frase de plena vigencia. "Tenemos que matar al centauro que llevamos dentro"

Cuanta inspiración en aquella frase. Entonces Gallegos quería dar a entender que la vida no puede seguir un patrón de vida representado en la que llevaba la rustica gente de aquellos campos en la que el alcohol y la fuerza eran las barras con las que se medía la gallardía del hombre. No podemos ser animales y nuestra mayor rebeldía no es la de parecer fieros ni la anarquía, la mayor rebeldía del hombre es el orden. Gallegos, al ser un profundo creyente también había conocido que la tendencia del hombre es a animalizarse a "vivir hoy porque quien sabe mañana" a "liberarse" como se dice hoy en día, y por lo tanto conoce que "debemos matar a aquel animal" para ser realmente libres y porque aquel hecho representa para la persona la mayor expresión de su humanidad. El hombre es hombre porque puede dominarse y mientras más lo haga más libre es. 

Viene al caso las palabras de uno de los mejores estudiosos mi estado, buen profesor, doctor e investigador de cultura y demás, y me decía: "Yo tengo que aguantarme, para no ser atrapado en la violencia del ambiente en que vivimos" A eso se le llama "matar al centauro". Hoy en día y siempre, debemos preocuparnos por no cruzar la delgada línea que muchas veces separa la verdadera convicción en las buenas ideas y la no razón. Debemos vigilar los motivos de nuestras acciones para que estas sean puras y no se mezcle con el animalazgo. Nada hacemos con eliminar al que nos mira feo. Una vez un hombre en una montaña dijo: "Amen a sus enemigos, devuelvan bien por mal, al que les golpee la mejilla derecha brindenle la izquierza, y cuando te quiten lo que es tuyo no se lo reclames" Esto es matar al animal, la verdadera rebeldía, porque se vence la venganza, que es el centauro que llevamos dentro. Pero también alguna vez dijo "Si he hablado mal dímelo, si no, ¿Por que me golpeas?" esto es la verdadera conviccion humana en el ideal de la justicia, que sin caer en la violencia, reclama lo que es suyo"

Sabemos lo que sucede. Hoy en día, necesitamos un Santos Luzardo que nos recuerde firmemente que matar al centauro que llevamos dentro en este momento como sociedad es la mejor manera de combatir el mal en el que estamos sumergidos. El desorden solo lo vence el orden. No necesitamos venganza, sino justicia. No necesitamos más animales, sino hombres, capaces de dominarse a si mismos para tomar las decisiones que verdaderamente hagan pasar el ferrocarril por las tierras de la llanura, o la cerca en los linderos de Altamira

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