miércoles, 5 de julio de 2017

La Hechicería en el Ser Venezolano

Venezuela, como país, tiene una imagen de religioso, por lo menos ante nuestros propios ojos. El único país el el mundo consagrado al Santísimo Sacramento, con su patrona la Virgen de Coromoto, todos nuestros estados están consagrados a algún santo, hay iglesias por doquier, los conductores tiene su patrono, los campesinos también, y ¿los asesinos también? Uno de los puntos más escalofriantes de nuestro país es pues su religiosidad, y no lo digo yo, si usted se fija, no es por capricho que en la novela "Doña Barbara" en la gran novela, el misticismo y el ocultismo jueguen una de las lineas mas importantes. La novela que define simbólicamente los aspectos de la sociedad, del ser venezolano en ese tiempo, así como también no es ignorable, que en los cuentos más famosos del escritor Guillermo Meneses la mujer, pida al hijo del brujo "baku" una intersección para que su amor vuelva. Los escritores trujillanos a lo largo del tiempo, también han realizado esta realidad de nuestra sociedad, desde la perspectiva de los espantos y misterios que esconden en esos libros, los nublados y oscuros andes trujillanos, de cuando se encendía una vela luego de las 6 y 30 pm.

Es innegable que el augurio, el más alá, siempre, ha seducido al hombre, la tentación de rozar los labios de lo que no se sabe, parece que le acompaña desde su mismo origen.

Si revisamos la historia este hecho ha sido natural, lo verdaderamente preocupante para nosotros no es que alguna vez fue así en nuestro país, si no que en la modernidad este fenómeno social se presenta ahora con más fuerza, con la introducción en nuestra sociedad de las religiones cubanas, a su ves desviaciones y sincretismos de ritos africanos, y con el muy preocupante surgir de la denominada corte malandra, y la importante influencia de la Santeria en nuestra patria. Esto, es un claro indicador de la avanzada organización de la cultura de la violencia en nuestro país, y de la clara organización que dicha clase social posee. Si necesitamos más ejemplos, mírese la calles del centro de Valera, Edo Trujillo, y sus mercados.

Ahora, más allá de todo aquello, y del respeto que se le debe a cada uno, por la libertad de culto, de creencia y de expresión que respetamos y exaltamos, lo que de verdad nos atañe luego de una larga introducción es: ¿tendrá esta importante realidad social, observada por cultores de la talla de gallegos una relación con nuestro desarrollo?
Tal vez no directa pero, qué significa en términos sociales e identitarios, que la única nación en el mundo consagrada al Santisimo Sacramento opte por la brujería o un sincretismo.. Tendrá esto que ver con la crisis identitaria de la que hablábamos anteriormente? ¿Que consecuencia tiene que esta larga cola de misticismo que venimos cargando desde la época del escritor de Doña Barbara en una mundo que cada vez es más objetivo y científico? ¿Que rol juega en nuestro.imaginario colectivo este ídolo?

Sin duda que debemos de prestar mayor atención a este tema, personalmente no me ofreceré a investigarlo, pero si me atrevo a llamar la atención de algunos científicos sociales que nos hablen mejor sobre estos temas, cuales son sus consecuencias y hasta que punto se relaciona con condiciones de pobreza y educación. A primera vista, el tema es espinoso y resbaladizo, pero creo que observar ciertas formas de pensamiento religioso nos orientará. Cual es el vacío que estamos dejando para que estas personas al igual que Doña Barbara se la pasen intentanto meditar con "El Socio", a fin de cuentas, este nunca le dijo nada bueno, ni para ella ni para su finca, que en este caso es Venezuela.

Sírvame la Luz que tengo hambre

Los ojos se tiñen de verde al ver las montañas de nuestros campos. Aun reposan en los recuerdos de la gente mayor de los pueblos bajos, como el Luzardo alguna vez pareció asomar su nariz por tierras trujillanas. ¿Me crees? Entre las tierras de "EL CENIZO" alguna vez reposaron pies de extranjeros letrados, que contratados por el estado venían a tratar de hacer florear el desierto de la Zona Baja.
Entonces, una represa se alzó, contra las aguas del río Motatan, iba a medir 70 metros, 70 metros mediría, pero solo tiene 30.

Se podría decir que la represa de Agua Viva es como una gran metáfora, una obra que debió de realizarse de tal forma, se realizó de esta otra, y así quedó, sin nadie que se propusiera terminarla, porque ya la majestuosidad de los 30 metros de altura y un nivel de agua tan impresionante sorprendió a los que jamás habían vista algo tan grande, y así con el pasar del tiempo la represa como es natural fue quedando pequeña para lo que alguna vez pudo haber sido.

El estado también alguna vez y todavía, sigue siendo visualizado como un gran lugar. "El mayor productor de hortalizas del país" nos justificamos, y así nos quedamos, pero, Trujillo también se va a ir quedando más y más obsoleto si nos conformamos con eso. "Tanto talento", nos decimos.

El mundo como siempre da lecciones y llama la atención de los que la prestan, y entonces se podría soñar: "Trujillo: la gran potencia Agro-Industrial de Venezuela". 

¿Se imaginan ustedes como sería un Santos Luzardo actual? no solo tendría que ser un doctor impecable, sino que sería seguramente, informático y científico, y ademas de haber viajado a Caracas para haber realizado sus estudios, este seguro vendría de renombradas universidades Europeas, tal vez la complutense de Madrid, o la de Hamburgo y seguramente vendría de haber participado en los parques tecnológicos de Europa

Y llegaría aquí Luzardo, a la Universidad de los Andes, y preguntaría ¿Cuantas empresas trujillanas están utilizando el proceso de hidrólisis para sus productos? y no entendería el hecho de que la academia se separe de la empresa, y que el gobierno no fomente en la practica esa unión, y entonces iría a por el rector, y se encontraría que no le puede atender porque este tiene que estar viajando cuidando de que no quemen la universidad, y regresaría a dar sus clases pero no tendría marcadores con que escribir en la pizarra, el miedo de Luzardo moderno no sería, el de volverse preso de sus fieros impulsos, como en el libro original, sino de sumirse en una desesperanza y negligencia. El verdadero miedo del Santos Luzardo abogado, informático y científico sería el de resignarse a ser un gran científico, una gran persona, un gran inventor, solo para si mismo, ocupado en comprar marcadores para la pizarra, en vez de desarrollar nuevos descubrimientos científicos

Obviamente, necesitaríamos dos Luzardos, porque el bravío irrespeto a la ley aún no lo hemos superado, y a eso súmenle, la falta de innovación y de desarrollo científico y económico que estos pueblos tienen... Mejor dicho, que nos manden tres!!


Matar al Centauro que llevamos dentro


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Cuando Santos Luzardo habla por segunda vez con el padre de Marisela éste le recuerda una frase de plena vigencia. "Tenemos que matar al centauro que llevamos dentro"

Cuanta inspiración en aquella frase. Entonces Gallegos quería dar a entender que la vida no puede seguir un patrón de vida representado en la que llevaba la rustica gente de aquellos campos en la que el alcohol y la fuerza eran las barras con las que se medía la gallardía del hombre. No podemos ser animales y nuestra mayor rebeldía no es la de parecer fieros ni la anarquía, la mayor rebeldía del hombre es el orden. Gallegos, al ser un profundo creyente también había conocido que la tendencia del hombre es a animalizarse a "vivir hoy porque quien sabe mañana" a "liberarse" como se dice hoy en día, y por lo tanto conoce que "debemos matar a aquel animal" para ser realmente libres y porque aquel hecho representa para la persona la mayor expresión de su humanidad. El hombre es hombre porque puede dominarse y mientras más lo haga más libre es. 

Viene al caso las palabras de uno de los mejores estudiosos mi estado, buen profesor, doctor e investigador de cultura y demás, y me decía: "Yo tengo que aguantarme, para no ser atrapado en la violencia del ambiente en que vivimos" A eso se le llama "matar al centauro". Hoy en día y siempre, debemos preocuparnos por no cruzar la delgada línea que muchas veces separa la verdadera convicción en las buenas ideas y la no razón. Debemos vigilar los motivos de nuestras acciones para que estas sean puras y no se mezcle con el animalazgo. Nada hacemos con eliminar al que nos mira feo. Una vez un hombre en una montaña dijo: "Amen a sus enemigos, devuelvan bien por mal, al que les golpee la mejilla derecha brindenle la izquierza, y cuando te quiten lo que es tuyo no se lo reclames" Esto es matar al animal, la verdadera rebeldía, porque se vence la venganza, que es el centauro que llevamos dentro. Pero también alguna vez dijo "Si he hablado mal dímelo, si no, ¿Por que me golpeas?" esto es la verdadera conviccion humana en el ideal de la justicia, que sin caer en la violencia, reclama lo que es suyo"

Sabemos lo que sucede. Hoy en día, necesitamos un Santos Luzardo que nos recuerde firmemente que matar al centauro que llevamos dentro en este momento como sociedad es la mejor manera de combatir el mal en el que estamos sumergidos. El desorden solo lo vence el orden. No necesitamos venganza, sino justicia. No necesitamos más animales, sino hombres, capaces de dominarse a si mismos para tomar las decisiones que verdaderamente hagan pasar el ferrocarril por las tierras de la llanura, o la cerca en los linderos de Altamira